Otro día más...

Hoy es sábado, ha amanecido soleado pero frío. Nuestro típico tiempo de invierno... Con nuestras bajas temperaturas llega el espíritu de las Navidades. Aunque estas queden aún lejos, los comerciantes empiezan ya a fomentar nuestra vena compradora. Así es, en los supermercados, ya ha llegado, desde hace casi un mes, el turrón, el chocolate, las uvas sin pepitas, el champán, etc. ¿Hasta dónde vamos a llegar? No sé, pero parece que de aquí a diez años, empezaremos a comer productos navideños en julio... Sea como fuere, las Navidades son algo más que comprar y comprar, pero talvez haya personas a las que se les haya olvidado esto.
Todo ello, me hace pensar en el poder de la publicidad, como esta puede transformar nuestras tradiciones. Prueba de ello es Halloween o Santa Claus. Pensadlo, ¿desde cuándo festejamos la Noche de los Muertos y recibimos regalos de Papá Noel? Probablemente debamos dar las gracias a Coca Cola por concedernos a Santa Claus, una fecha más en el calendario dedicada a gastar. Y Halloween, da aún más miedo -nunca mejor dicho- ya que a pesar de su poca aceptación, parece que los vendedores no se rinden a la idea de que no tome raíces en nuestro país. Seamos optimistas y esperemos que nunca llegue a cuajar la idea de una súper fiesta en honor a los desparecidos.
Pero volviendo a nuestro tema principal, ¿ha dejado de existir el verdadero significado de las Navidades?